
Ireen Twongirwe, activista ugandesa y directora ejecutiva de Women for Green Economy Movement Uganda, expresa su frustración ante la creciente imprevisibilidad del clima en su país, que afecta gravemente los cultivos y la vida de las comunidades. «La temporada de lluvias ya no llega cuando se espera; el sol y la lluvia se presentan en los momentos más inesperados», afirma Twongirwe, describiendo cómo las alteraciones climáticas no solo destruyen medios de subsistencia, sino que también desatan conflictos internos debido al aumento de precios y recursos limitados.
Este fenómeno de inestabilidad climática, que incluye olas de calor, sequías y huracanes, se ve reflejado con mayor frecuencia en países en desarrollo, los cuales son los menos responsables de la crisis climática pero los más afectados. «Cuando ocurre el desastre, el mundo lo escucha por unos días, pero luego se olvida. La ayuda nunca es suficiente para la reconstrucción», apunta Harjeet Singh, director de Compromiso Global de la Iniciativa del Tratado sobre Combustibles Fósiles.
En respuesta a las peticiones de financiamiento para mitigar estos impactos, la comunidad internacional lanzó, tras años de negociaciones, un fondo global destinado a los países más vulnerables. Este fondo, anunciado oficialmente en la COP28 celebrada en Dubai en 2023, tiene como objetivo principal cubrir las pérdidas y daños derivados del cambio climático. «El fondo está listo para desembolsar financiamiento», declaró Ibrahima Cheikh Diong, director ejecutivo del fondo, el pasado noviembre.
Desastres naturales: el precio del cambio climático global
Sin embargo, a pesar de los avances, las críticas continúan. El Secretario General de la ONU, António Guterres, indicó que el fondo, con 722 millones de dólares, sigue siendo una cantidad insuficiente para hacer frente a los daños reales que sufren los países más vulnerables. Este monto «no representa ni una cuarta parte de los daños causados en Vietnam por el huracán Yagi», destacó Guterres, comparando las contribuciones al fondo con los ingresos de los 10 futbolistas mejor pagados del mundo, lo que subraya la brecha entre la realidad y lo necesario.
A pesar de estas críticas, algunos países como Alemania, Estados Unidos y Suecia han aportado generosamente al fondo, pero la falta de un compromiso constante de las naciones industrializadas ha generado desconfianza. En 2009, las naciones desarrolladas prometieron movilizar 100.000 millones de dólares anuales para apoyar a los países en desarrollo, pero no cumplieron con este objetivo hasta 2022. La ex asesora del Instituto de Recursos Mundiales, Preety Bhandari, subraya que la falta de cumplimiento de estos compromisos pone en riesgo la efectividad de la cooperación internacional sobre el cambio climático.
El fondo para pérdidas y daños es un paso importante, pero la realidad es que aún se encuentra lejos de ser una solución suficiente ante el impacto devastador del cambio climático, dejando a los países más pobres luchando por su supervivencia mientras el mundo sigue sin hacer frente a la magnitud del problema.





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