
En el corazón del «ombligo verde» de Cancún se puso en marcha la construcción de la Catedral de la Santa Cruz y un centro comunitario que busca fortalecer los valores espirituales y sociales en la región. Este ambicioso proyecto combina la fe y el compromiso con el bienestar de la comunidad, destacando además como un atractivo turístico único.
La obra, liderada por Monseñor Pedro Pablo Elizondo, Obispo de la Diócesis Cancún-Chetumal, incluye una cruz atrial de 25 metros de altura sobre una pirámide maya con 12 escalones, un cenote capilla bautisterio y diversos elementos simbólicos que conectan la historia del cristianismo en la región con sus raíces culturales. Este enfoque busca no solo reforzar la espiritualidad de los habitantes, sino también captar el interés del creciente turismo religioso.
Durante la presentación, se resaltó que la Catedral, junto a otros puntos de interés religioso en Quintana Roo, podría posicionar al estado como un destino clave para los visitantes interesados en experiencias de fe. Entre estos lugares se encuentran la iglesia Cristo Resucitado, el Viacrucis de Playa Delfines y la capilla Estrella de Mar, entre otros.

Por otro lado, el centro comunitario adjunto ofrecerá servicios esenciales como un comedor comunitario, dispensario médico gratuito, asesoría legal, apoyo psicológico y atención a migrantes, además de un espacio dedicado a la ayuda para mujeres.
La inauguración de esta obra, programada para diciembre de 2025, busca coincidir con el año santo y espera contar con la presencia del Papa Francisco o su representante en México, lo que subrayaría la relevancia de este proyecto para la comunidad local y más allá.
Este esfuerzo no solo simboliza la unión entre fe, historia y cultura, sino que también aspira a convertirse en un espacio de encuentro para fomentar la cohesión social en Cancún.







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