En un evento realizado en Chetumal, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, celebró el primer aniversario del Tren Maya, proyecto que completa un circuito de 1,554 kilómetros y conecta desde Palenque, Chiapas, hasta Mérida, Yucatán, pasando por Chetumal para cerrar el recorrido en Palenque. Con la inauguración de los tramos 6 y 7, el Tren Maya se consolida como una de las obras más ambiciosas de infraestructura del país.

Durante su discurso, Sheinbaum destacó el esfuerzo de los trabajadores de la construcción, ingenieros militares y empresas constructoras que participaron en el desarrollo del proyecto. Resaltó que el Tren Maya no solo es una obra de ingeniería, sino también un símbolo de justicia social, orgullo cultural y unión para las comunidades del sureste de México.

“El Tren Maya conecta el pasado y el presente de los mayas, levanta un estandarte contra la discriminación y representa la grandeza de México. Es una muestra de que cuando el gobierno trabaja con el pueblo, siempre se puede salir adelante”, afirmó Sheinbaum. Además, subrayó que este proyecto desafía los modelos privatizadores del pasado y evidencia los beneficios de las obras públicas para el desarrollo económico y social.

Por su parte, la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, reiteró su apoyo al gobierno federal y aseguró que el Tren Maya es una estación en la historia del sureste mexicano. Durante el evento, Lezama también anunció la entrega de títulos de propiedad en Bacalar, donde el tren tiene una estación, y celebró la inclusión de Cozumel en la zona de estímulos fiscales del sur del país a partir de enero de 2025.

En la ceremonia también participaron funcionarios federales, gobernadores de los estados del sureste y representantes militares. El secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, destacó que la obra incluyó la construcción de infraestructura complementaria como estaciones, caminos y áreas naturales protegidas, reafirmando el compromiso de la Sedena con el desarrollo del país.

El Tren Maya, considerado uno de los principales legados del expresidente Andrés Manuel López Obrador, continúa marcando un hito en la transformación de la región, conectando a las comunidades indígenas con el desarrollo y posicionando al sureste como un motor económico y cultural para México.